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Nº 17 Sección 2ªicass - Nº39/C222

El problema de las caídas en los ancianos

Las caídas son un problema igual de grave para los adultos de mediana edad como para los ancianos, según un nuevo estudio del gobierno estadounidense.

En un sondeo realizado por teléfono, cerca de un tercio de los adultos de 65 años o más con artritis dijeron que habían sufrido una caída en el último año. Pero una proporción ligeramente mayor de los adultos de entre 45 y 64 años reportó haberse caído.

Una cantidad mayor del grupo de mediana edad reportó haberse herido con la caída: 17 por ciento comparado con 12 por ciento en el grupo de ancianos.

Cerca de la mitad de los estadounidenses de 65 años o más se quejaron de síntomas de artritis como rigidez y dolor articular. Casi un tercio de los adultos de mediana edad tienen artritis. El número ha estado aumentando, principalmente por el sobrepeso en la generación de la posguerra.

La artritis puede hacer que sea más difícil mantener el equilibrio y debilitar la mitad inferior del cuerpo, lo que propicia las caídas. A aquellos con artritis se les recomienda caminar y realizar ejercicios moderados a fin de evitar que empeoren los síntomas, dijo Kamil Barbour, del CDC y autor principal del estudio.

Las caídas son un síntoma importante, que pueden señalar un quiebre precoz de la funcionalidad del diario vivir o de una enfermedad que la puede afectar gravemente y llevar a una institucionalización precoz. Por esto deben considerarse como un síntoma cardinal, ya que pueden causar una pérdida de confianza en sí mismos y transformar a los ancianos en personas más vulnerables o frágiles. A pesar de ello, muchas veces el hecho de caerse no es considerado por el clínico, ni comunicado por pacientes ni familiares.

La prevalencia de las caídas en la población de personas mayores de 65 años que viven en la comunidad varía entre un 15 a un 30%, estimándose que más de un tercio tendrá una caída una vez al año, subiendo a casi un 50% en los mayores de 85 años.

El pilar diagnóstico fundamental para el análisis y estudio es la historia clínica. Ella debe ser corroborada con testigos o familiares. Las preguntas claves que se debe intentar contestar son:

  • ¿Qué estaba haciendo cuando se cayó? (caminando, estaba parado o detenido, se levantó de la silla, etc.).
  • ¿Se sentía bien antes de la caída?
  • ¿Notó algún síntoma previo? (palpitaciones, dolor al pecho, alteración visual, etc.)
  • ¿Perdió el conocimiento?
  • ¿Qué fármacos estaba tomando?

Contestando estas preguntas y conociendo las posibles causas médicas, es más factible llegar a un diagnóstico apropiado.

Los ancianos se dañan al caerse e incluso pueden ocurrir muertes por caídas. Aunque cerca de un 80% de las caídas no tienen graves consecuencias físicas, sí se producen cambios sicológicos que no son siempre bien evaluados ni considerados

Además de la historia clínica y examen físico completo, se debe evaluar el equilibrio, sobre todo el comportamiento con los cambios de postura y la marcha. Una forma simple de evaluación es observar cómo se levanta de la silla, camina por la pieza, gira sobre sí mismo y vuelve a sentarse en la silla. Hay otras pruebas más complejas, que toman más tiempo para evaluar el balance, la postura y la marcha, que no analizaremos.

La rehabilitación del paciente que presenta caídas frecuentes comienza con un análisis diagnóstico de sus causas y removiéndolas si es posible. Para ello es importante la colaboración de un equipo multi profesional para implementar ejercicios graduales que permitan recuperar y mantener una mejor posición vertical, evitar la hipotensión arterial, mejorar la confianza y enseñar el uso de un bastón u otro elemento de ayuda, si fuera necesario. Debemos lograr que el paciente vuelva a su hogar y continúe realizando la terapia indicada. Se debe enseñar y practicar como levantarse del suelo si es que vuelve a presentar una caída, así como el uso seguro de la escala.

Los planes de prevención primaria, destinada a la población anciana que vive en la comunidad, debe estar enfocada a promover el ejercicio físico regular, caminar y mantenerse activo para lograr la mejor función muscular posible, evitando así la atrofia por desuso.

En la prevención secundaria, es necesario pesquisar a los que se han caído, para evaluarlos y efectuar un plan de rehabilitación, identificando y modificando los factores de riesgo, sobre todo los externos. No hay datos apropiados en la literatura que permitan predecir prospectivamente aquellos que presentarán nuevas caídas. Actualmente hay elementos electrónicos y sistema de aviso a través de teléfonos conectados a una central que acude en caso de caídas en el hogar.

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